lunes, 27 de febrero de 2012

Microrrelato: 'Mi mueble favorito'

Siempre ha estado ahí, conmigo, desde que tengo uso de razón. De pequeño lo veía tan grande que me asustaba acercarme, pero cuando le tocabas te dabas cuenta de que era muy suave pese a su fuerza. Porque había que ser muy fuerte, pensaba yo, para soportar el peso de mis juguetes.

Con el tiempo nos distanciarnos. Él seguía esperándome en mi habitación cargado de muñecos, pero ya me interesaban otras cosas: salir, las chicas... Para cuando empecé la universidad ya casi no teníamos contacto, lo que perdimos al irme a vivir con Laura.

La muerte de mamá nos volvió a encontrar. No podía dejarle solo en aquella casa grande, así que me lo traje a nuestro pisito de recién casados.

Todo volvía a ser como antes. Cuando me agobiaban los problemas, él siempre estaba dispuesto a recordar los viejos tiempos. Podía seguir apoyándome en sus miembros fuertes, que no habían perdido solidez con los años.

La inesperada llegada de Pablito trastocó nuestros planes. Había que hacerle un hueco en casa al bebé, así que Laura y yo decidimos deshacernos de mi viejo carguero de juguetes.

-Ni que su padre fuese un mueble -me dijo el director de la residencia cuando le conté la historia.