jueves, 26 de enero de 2012

Harto

Estoy harto de las palabras bonitas que no dicen nada.

Las leo continuamente en Twitter. Comentarios más o menos ingeniosos pero que no pasan de meros malabares con el lenguaje, sin contenido. Tan huecos por dentro que se derrumban cuando apartas las guirnaldas de la puerta.

Ocurre lo mismo con casi toda la poesía contemporánea. Métrica y rima se sacrifican en pos de una versificación libre y vacía. Palabras sonoras, estridentes, pero que en su combinación vienen a decir lo mismo que nada.

Por eso cuelgo 'Si...', poema de Rudyard Kipling que supone una antítesis de lo arriba criticado. Para que aprendáis (aprendamos) que no sólo se puede contar algo con bellas palabras, sino que se debe. ¿Cuál si no es el trabajo del narrador?


Rudyard Kipling
Si...

Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu 
alrededor,
han perdido la suya y te culpan de ello.
Si crees en ti mismo cuando todo el mundo duda de ti,
pero también dejas lugar a sus dudas.

Si puedes esperar y no cansarte de la espera;

o si, siendo engañado, no respondes con engaños,
o si, siendo odiado, no te domina el odio
Y aún así no pareces demasiado bueno o demasiado sabio.

Si puedes soñar y no hacer de los sueños tu amo;

Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único objetivo;
Si puedes conocer al triunfo y la derrota,
y tratar de la misma manera a esos dos impostores.
Si puedes soportar oír toda la verdad que has dicho,
tergiversada por malhechores para engañar a los necios.
O ver cómo se rompe todo lo que has creado en tu vida,
y agacharte para reconstruirlo con herramientas maltrechas.

Si puedes amontonar todo lo que has ganado

y arriesgarlo todo a un sólo lanzamiento;
y perderlo, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir ni una palabra sobre tu pérdida.
Si puedes forzar tu corazón y tus nervios y tus tendones,
para seguir adelante mucho después de haberlos perdido,
y resistir cuando no haya nada en ti
salvo la voluntad que te dice: "Resiste!".

Si puedes hablar a las masas y conservar tu virtud.

o caminar junto a reyes, y no distanciarte de los demás.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado.
Si puedes llenar el inexorable minuto,
con sesenta segundos que valieron la pena recorrer...

Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,

y lo que es más: serás un hombre, hijo mío
.